10/01/2011

Amante Sagrado - Capítulo 02

Capítulo 2


— ¿Qué una hembra mató a tres lessers? ¡Joder, no me lo puedo creer! — Butch ya estaba a menos de cuatro cuadras del lugar indicado por Tohr.

— Sólo acelera, no hay tiempo que perder — V estaba preocupado, ansioso por llegar. El corazón le latía fuertemente, presintiendo que todo esto estaba ligado a la visión. Concordaba el hecho de una hembra enfrentando al enemigo.

¿Sería la misma hembra? ¿La encontraría muerta?

No, eso no, Blay había reportado una mujer herida, nada más, pero su fuerte instinto le había indicado que algo no andaba del todo bien.

El Escalade aparcó justo frente al callejón. V salió del auto antes de que se detuviese por completo y sintió una punzada en las entrañas al ver a la chica en el suelo.

—Maldición.

¿Había llegado demasiado tarde?



Corrió hasta ella en un parpadeo, la hembra estaba viva pero muy débil. Se agachó a su lado, para tomarle los signos vitales, ignorando los bajos gruñidos de Qhuinn que miraba cada uno de sus movimientos con ferocidad.
Vio la roja sangre manando de la herida y luego observó su rostro, piel blanca, largas pestañas, pelo negro azabache. V observó el resto de su cuerpo, era menuda y pequeña.

Si, ahí estaba, era ella.

El alivio de encontrarla calmó su ansiedad, pero aun no podía cantar victoria, así que concentró sus esfuerzos en la gravedad de la situación presente.

— Pequeña, vamos, aguanta un poco más — Murmuró V cariñosamente, dándole ánimos para que aun no se fuera al fade.

Butch, mientras recogía las pertenencias de los asesinos. John y Blay revisaban los alrededores, todo estaba limpio, no se sentían más presencias enemigas en el sector.

Qhuinn no se había separado ni un minuto de la chica, se le veía destruido. V se preguntó si que tal vez ellos se conocían de antes. Qhuinn se comportaba como un maldito macho vinculado, pero luego habría tiempo para las preguntas, lo importante ahora era sacarla de ahí.

— Vamos muchacho, llevémosla al auto, deprisa.

Qhuinn se levantó con dificultad, llevando a Sacris en brazos, se tambaleaba al andar, pero mantenía las manos firmes, aferrándola contra su pecho.

— Supongo que no necesitas ayuda …

V supo que intentar sacarla de sus brazos voluntariamente, sería algo imposible.

Qhuinn negó con la cabeza y se dirigió hacia la parte posterior del Escalade sin decir palabra. V le abrió la puerta con premura y lo dejó pasar. El chico entró al vehículo acomodando a la chica estirándole las piernas sobre el asiento y cuidadosamente le apoyó la cabeza sobre su regazo, ofreciéndole comodidad y protección.
Butch se puso al volante y V en el copiloto.
Luego Qhuinn bajó la ventanilla para lanzarle las llaves del SUV a John.
El Ahstrux nostrum tendría que irse a la mierda por algunos minutos, si luego tenía que pagar algo por aquella desobediencia lo haría más que encantado, pero ninguno de sus amigos dijo algo al respecto, sólo se limitaron a subir al auto tras ellos.

El viaje se hizo eterno, cada cuadra que pasaban le parecían kilómetros.
Los que iban en el Escalade lo único que hacían era tratar de seguir la respiración entrecortada de Sacris rezando por que ninguno fuese el último suspiro.

Al llegar al túnel de la mansión, Jane ya tenía todo preparado, V le había avisado de la situación cuando iban de camino a casa, así que la camilla esperaba por la paciente, pero costó que Qhuinn la soltase por completo, corría al lado agarrándole la mano.
Jane iba dando instrucciones a los doggens hasta que llegaron a la sala de operaciones, donde comenzaron a administrarle sedantes, ponerle tubos, oxígeno y suero. Todo con una velocidad y profesionalismo impresionante.
La buena doctora comenzó a cortar el jeans alrededor de la herida, pero luego observó que Qhuinn se exaltaba cada vez que alguien tocaba a la chica y no paraba de gruñir por lo bajo, así que lanzó una seria mirada a V.

—Sácalo de aquí, ahora.

V se preparó para lo que sería una inevitable batalla.

— Vamos Qhuinn, dejemos que Jane haga su trabajo, sólo estorbamos aquí— Agarró al chico por los hombros firmemente para sacarlo del medio, pero parecía pegado al suelo.
Los nudillos los tenía blancos de tanto apretar la mano de la hembra. El macho hizo un gesto a John y Blay para que lo ayudasen con la difícil tarea.

Qhuinn veía todo en cámara lenta y sin sonido. Otro tubo, otra tela rasgada, más sangre.
Sabía que le hablaban o gritaban, pero no lograba conectar las palabras en su mente, toda su atención estaba en la hembra luchando por su vida. Ella debía vivir, si no, todos los que estaban ahí se irían al infierno con él.

—Si la hembra muere, juro les sacaré el jodido pellejo a todos ¡¿Entendido?!— Los gritos de Qhuinn hicieron eco en la sala, forcejeando contra los que estaban intentando sacarlo de ahí.

Todos los doggens pararon de hacer lo que estaban haciendo sólo para observarlo con algo de temor. El joven macho tenía los ojos desorbitados. Estaba completamente fuera de sí.

Qhuinn luego supo que lo habían tenido que sacar entre tres, a rastras.

Cuatro horas después Jane salió del pabellón, con sudor en la frente y la bata manchada de sangre. Había sido una cirugía difícil, pero la chica había dado una buena lucha, era fuerte y se había aferrado con todo a la vida.

En el pasillo esperaban los mismos que la habían traído, el grupo apenas había cruzado palabra desde entonces. V se paseaba como león enjaulado, John mandaba mensajes a Xhex por el móvil, Blay estaba sentado en una banca mirando todo el rato a su dolorido amigo, Butch se encontraba apoyado en la pared con los ojos cerrados cabeceando por el sueño y Qhuinn seguía en la misma posición en la que lo habían dejado, parado frente a la puerta, inamovible. Al ver a Jane, reaccionó por primera vez en toda la espera. Se giró hacia ella esperando que las palabras que salieran de su boca fueran favorables. Confiaba en las habilidades de la doctora.

— La cirugía salió exitosa.

Se escuchó un suspiro general de alivio y Qhuinn sintió que su corazón volvía a funcionar.

—No había daño en el fémur, se salvó por unos milímetros, pero había nervios y músculos altamente comprometidos. Logré reparar todo el daño superficial, pero ahora sólo depende de la capacidad de regeneración de la chica, que al parecer es bastante rápida y eficiente. La mantendremos sedada hasta que los nervios principales hayan sanado por completo, así le evitaremos el dolor.

Todos la seguían mirando expectantes sin decir nada. Así que Jane siguió dando detalles.

— Asimiló bien la sangre recibida por transfusión, pero necesita más de su tipo para asegurar una buena recuperación. — Jane miró a V quien le devolvió la mirada comprendiendo lo que su mujer quería decir.

—Iré por Wrath. — Dijo el macho y acto seguido salió por el pasillo dirigiéndose a la casa.

—Iré a buscar a los otros hermanos, estaremos todos encantados de ayudar. — Dijo solícitamente Butch, pero antes de que el poli se diese la vuelta, Jane lo detuvo.

— Estoy segura de eso Butch, pero no creo que sea posible que alguno de ustedes pueda ayudar. La sangre de la chica es 100% pura. En este caso, sólo Wrath es compatible como donante.

Tal revelación dejó a todos impactados y boquiabiertos.

Qhuinn abrió los ojos como platos y sintió la necesidad de sentarse antes de que las piernas le fallasen, así que cayó pesadamente sobre la banca junto a Blay.
Hasta entonces no se había preguntado quien era la chica, ni siquiera sabía su nombre.
Sólo la nobleza tenía sangre así de pura y todo el mundo sabía que el Rey era el único que quedaba con tal característica.
Entonces ¿Quién mierda era esa hembra?
Vamos, sabía pelear, sabía matar y tenía sangre pura.
Se sintió tonto al pensar que ella fuese alguien común y corriente como él, de seguro que cuando despertase del sedante ni siquiera lo miraría.
Supo entonces que la hembra era inalcanzable.

Lo mejor era olvidarse de ella.

¿En qué había estado pensando? Fantasear con una desconocida de esa manera no era su estilo. Las hembras para él sólo servían para follar y ninguna se le negaba. Entregar sentimientos no entraba en sus códigos. No tenía nada para ofrecer y tampoco esperaba algo de ellas, más que un buen polvo y adiós. Jamás llamaba de vuelta por más que lo empapelaran con números de teléfonos. Tampoco había sentido jamás la necesidad de recodar sus nombres.
Tenía que reaccionar, este no era él y se había comportado como todo un imbécil esta noche. Sería absurdo pensar en que se había enamorado de una completa desconocida.

El amor y una mierda…

Wrath llegó caminando por el pasillo dando grandes zancadas, V venía a su lado hablándole en voz baja sin que nadie pudiera escuchar claramente lo que le decía. El Rey sólo asentía a cada frase. Los demás lo saludaron con una inclinación de cabeza y les respondió de la misma manera. Jane lo hizo pasar de inmediato al pabellón.

V antes de entrar se dirigió al grupo.

—Gracias por todo chicos, ahora es mejor que vuelvan a casa, necesitan descansar.

Para asombro de todos, Qhuinn fue el primero en partir, habían pensado que tendrían que sacarlo a la fuerza de nuevo y ahora se iba casi corriendo sin mirar atrás.

Blay lo siguió sumido en sus propios pensamientos.
Desde el momento en que había visto a la hembra en el callejón supo de inmediato que no era alguien común y corriente, que a pesar de su apariencia casi infantil, era un guerrero de tomo y lomo, no cabía duda al respecto. Te infundía respeto y hasta temor solo de verla.
Cuando llegaron a su lado, la chica de inmediato levantó una fuerte barrera a su alrededor, para que supieran que mejor no se metiesen con ella, por que de una u otra manera ellos eran inferiores.

El guerrero ya había tenido su lucha, había ganado y no necesitaba ayuda de nadie.
El orgullo que reflejaba en esos ojos violetas hacía que automáticamente desviaras la mirada y quisieras esconderte bajo tierra.

Por esa razón él mismo había preferido mantenerse alejado y se había concentrado exclusivamente en la civil, hasta que el vendaval de sexualidad y posesión que envolvía a Qhuinn removió sus cimientos. Nunca antes había percibido tal cosa en su amigo, sabía de primera mano que las mujeres eran sólo un pasatiempo y que su relación con él había quedado resuelta desde el momento en que conoció a Saxton.
Entonces ¿Por qué sentía el pecho oprimido por el dolor, casi traducido en celos?
Si bien, nunca le había gustado ver a Qhuinn follando con otras mujeres, se consolaba pensando que todas ellas eran algo pasajero, que realmente ninguna le había quedado impresa en el corazón ni mucho menos en sus pensamientos. ¿Por qué esta vez sintió que sería distinto?
Deseaba más que nadie la felicidad de su hermano, él mismo sería inmensamente dichoso si Qhuinn se estableciera con una buena mujer, pero sabía que con esa hembra no iba a ser nada fácil y si las cosas no salían como se esperaban, lo más probable es que Qhuinn cayera en un pozo sin fondo. Dioses y si todo esto le iba a traer dolor a quien más amaba, rogaba al cielo por que la hembra desapareciera de sus vidas tal cual como había llegado.

John que ya iba en camino hacia su habitación en busca de Xhex, sentía de manera muy distinta a sus pares. La chica le había parecido fenomenal desde que la vio ayudando a la civil, se le veía tan resuelta y tan segura de si misma, que de alguna manera le recordaba a su propia Shellan. Joder, adoraba a las hembras que tenían cojones, había adorado a Mary por su coraje, a Wellsie por su sacrificio y ahora obviamente a Xhex por su entrega ciega a quienes necesitasen de ella, entre muchas cosas más que lo hacían sentirse orgulloso y duro como el demonio.

Pero al ver a esta pequeña guerrera afloró en él un sentimiento distinto, fraternal, como si ya la conociese de antes, como si tuviesen algo en común aunque ni siquiera hubiesen cruzado palabra. Hubiese deseado un montón poder hablar con ella, para entender un poco lo que estaba sintiendo, pero lamentablemente no se había dado la oportunidad y cuando constató sus heridas se había sentido responsable y furioso, como si hubiesen lastimado a alguien de su propia familia.
Sabía que si mañana le dijesen, John, desde ahora ella es tu hermana, cuida de ella. Aunque no tuviesen la misma sangre corriendo por sus venas, como el infierno si lo haría. Beth era su hermana mayor, la amaba mucho, jamás la dejaría a un lado, pero desde ahora la que yacía en el pabellón recuperándose valientemente, era desde esa noche su nueva hermana pequeña, aunque ella no lo quisiera, no se libraría de él fácilmente. La reacción que había tenido Qhuinn no lo dejaba indiferente, pero pensaría en ello más tarde. No aguantaba la hora para contarle todo a Xhex.

— ¿Y dices que lleva la marca? — Wrath seguía haciendo preguntas a V luego de que le relatara todo lo sucedido esa noche más la visión que había tenido.

— Sí y Jane lo acaba de corroborar — V observaba como la sangre que recién había donado Wrath ya corría por las venas de Sacris, el color de su piel ya se había normalizado. Aun no podía creer que la había encontrado, era tal cual la había visto en su sueño. Ahora le dolía verla llena de sondas, herida.

— Descubrí que también tiene otra marca en la espalda.— Acotó Jane.

Ambos machos dirigieron la mirada hacia ella, interesados por aquella información.

— Cuando llegó la tenía de color rojo encendido, era como si estuviese dibujada con su propia sangre, luego de administrarle el sedante el color se fue apagando hasta quedar casi del mismo tono de la piel, como una gran mancha de nacimiento.
Se ve claramente la letra S, en inglés antiguo adornada con líneas que parecen ramas con algunas pequeñas hojas, es bastante bonito y delicado. Las líneas comienzan desde el hombro derecho y terminan hacia el final de su espina dorsal. Es impresionante, nunca había visto uno igual, le cubre casi toda la espalda.

— Gracias, Jane — Wrath apreciaba cuando le detallaban las cosas, así se hacía una mejor imagen mental. Se volvió a dirigir a Vishous.

— ¿Cómo dijiste que se llamaba la hembra?

— Sacris.

—Joder, lleva marcado su propio nombre.

— ¿Es eso algo malo?— Preguntó Jane, siempre queriendo más sobre las costumbres de la raza, que ahora era su familia y más sabiendo que las marcas eran algo significativo para ellos ya sea para bien o para mal en el caso de V o de Zsadist.

—No, para nada. Pero es una costumbre muy antigua, de los comienzos de nuestra raza, ya casi olvidada. Los primeros guerreros marcaban su inicial o su nombre en algún lugar visible de su cuerpo, para que fuesen reconocidos por sus amigos y sobre todo por sus enemigos, en ese entonces solían luchar con el torso desnudo, eran machos muy orgullosos.

— Wow, como si aun no lo fuesen.— Jane lanzó una risita sarcástica, que los guerreros tomaron con humor.

— Si, pero ya no hacemos alarde de ello.— Wrath, era el que menos orgulloso se sentía de ser lo que era, ya bastante le costaba asumir su papel de rey y sabía que cada uno de sus hermanos llevaba su propia tortura.

— ¿Qué edad tiene la chica? Se ve demasiado joven como para ser una hembra que ya ha pasado por su transición ¿Encontraron alguna identificación? — Wrath decidió seguir con el interrogatorio.

— Identificación no, sólo llevaba encima las armas y un móvil, el cual sólo tiene dos números registrados, ninguna llamada entrante en los últimos meses. Portaba una Beretta que tiene el serial adulterado y las dagas están muy bien cuidadas, pero parecen antiguas, el que las forjó tiene que haber sido un gran maestro, pero no logro reconocer al artista…Ah y también llevaba un bo, al parecer sabe de artes marciales.

Jane supo entonces que debía responder al asunto de la edad.

— Es extraño lo de su edad, no debería tener más de 25 años, pero pareciese que pasó hace bastantes años por su transición, así lo muestran sus tejidos musculares, la densidad de su sangre y su resistencia. Esta definitivamente no fue su primera pelea, la chica presenta un par de cicatrices de luchas anteriores que no se cuidaron como es debido, tal vez nunca antes buscó asistencia médica y dejó que todo sanase solo. De hecho tiene una ínfima huella de lo que fue una herida de bala a un costado del abdomen, debe haber sido con esas balas modificadas que usan los lessers.

Para Jane la chica era un espécimen único entre los vampiros, estaba tentada a hacerle una decena de exámenes, pero sabía que Wrath no lo aprobaría, ahora fue su turno para preguntar.

— Por regla general, la transición de machos y hembras viene alrededor de los 25 a 27 años. ¿No existen registros de alguna excepción como la que al parecer estamos viendo ahora?

— De mi conocimiento, no. Creo que el único que podría tener alguna idea al respecto seria Havers, pero me gustaría que por el momento y hasta que la chica no despertase, no saliera a la luz este acontecimiento. — La respuesta del Rey fue categórica y como siempre, era la última palabra sin derecho a cuestionar.

— Mejor esperemos a que despierte, lo más probable es que ella misma nos aclare todas las dudas. — V, sabía que esa era la mejor opción, esperaba que mañana pudiese conversar con ella.

— Bien, ahora vayamos todos a dormir un poco. Que descansen. — Y con esto Wrath dio por terminada la conversación y se retiró a sus aposentos.

V se acomodó al lado de Jane y ambos se quedaron contemplando a la joven hembra dormida.

—Felicitaciones, la has encontrado…— Dijo Jane apoyando su cabeza contra el hombro de su macho.

—¿Sabes lo que esto significa, amor?—Preguntó calmadamente V, besando la sien de su mujer.

—Sí, un montón de problemas para ti y para mí.— Respondió Jane sonriendo.—¿Crees que estemos preparados para todo lo que se viene?— Dijo suspirando largamente.

—Nunca se está lo suficientemente preparado...

—Es cierto, pero es extraño…de cierta manera me siento feliz y algo ansiosa…

—Pensemos positivamente, al menos no tendremos que cambiar pañales, ni despertar a media mañana para darle el biberón…—Dijo V divertido.

La pareja río y dándole una última mirada a Sacris se aprestaron a salir del pabellón.
Para pasar la tensión de la noche, V tenía varios planes en mente y como si Jane le leyese el pensamiento lo besó apasionadamente en el pasillo apenas iluminado como preludio a lo que vendría después.


Sacris había soñado con el día de su transición, todo había ocurrido tal cual lo había pronosticado y advertido Liam. Días antes había sentido su cuerpo completamente agotado, no tenía apetito, apenas podía digerir comida sólida y se la pasaba durmiendo.
Y así fue como un día frío de invierno, con apenas catorce años, Sacris pasó el cambio.
Ahora sentía el mismo dolor muscular, el peso de los huesos y la sangre hirviendo, quemando sus venas ¿Es que estaba reviviendo todo otra vez?

Liam había pensado que no sería capaz de pasar por el proceso. El hecho de que la transición llegara a tan temprana edad era por los genes modificados con ese mismo propósito. La idea era que los guerreros estuviesen listos antes de la media para así adelantar y perfeccionar el entrenamiento, pero viendo el frágil cuerpo de ella, era casi imposible que pudiese resistirlo a tan temprana edad.

Él había sido su primer alimento y lo fue hasta el día que murió. Sacris jamás tuvo contacto con otros machos guerreros. Los civiles eran sólo para ser rescatados, no para ser mordidos y entre la Glymera ya no existían quienes tuviesen la sangre de esa pureza.
La sangre de Liam no era 100% pura pero entre los suyos era la más fuerte.
Pero Liam no había contado con el hecho de que él algún día dejaría de existir.
De igual forma Sacris había sido entrenada para aguantar el hambre sin perder fuerza, pero era la primera vez que había aguantado tanto y por ende la había debilitado enormemente. La noche anterior había caído a su punto más bajo de resistencia y nunca antes le había pasado que se desvaneciese sin control alguno.

Sacris de inmediato recordó todo lo sucedido y que para colmo, se había desmayado en presencia de extraños.

—Mierda.

Estaba absolutamente jodida.

Agudizó sus sentidos para explorar su alrededor, obviamente no estaba en casa, por el sonido del electrocardiógrafo, supuso que estaba en algún especie de hospital, rogaba a los cielos que no fuese un hospital humano, pero luego reflexionó que los guerreros no serían tan estúpidos como para hacer eso ¿Cierto?
Estaba llena de tubos y cables. ¡¿Oh, maldición, tenía un catéter ahí abajo?!
Se removió incómoda bajo la sábana. Ahora aparte de entubada estaba desnuda, genial.
Sólo el dolor que sintió recorriendo la pierna le recordó que debía calmarse y mantenerse quieta.

Siguió escudriñando el lugar con todos sus sentidos alertas menos la vista, se negaba a abrir los ojos aun.
Bien, estaba completamente sola, lo que era favorable, el plan era sacarse toda esa mierda de encima y desmaterializarse en menos de un segundo, a pesar del dolor y adormecimiento estaba segura de poder lograrlo.
¿Tendría que dejar una nota de agradecimiento?
Más que mal, habían salvado su pellejo anoche.

La imagen de un macho, que más parecía una máquina sexual andante, golpeó sus retinas. Sintió como una ola de calor subía desde la punta de los pies hasta erizarle los cabellos de la nuca, el calor se sentía más fuerte entre sus piernas. De sólo pensarlo sintió que se le ruborizaban las mejillas, haciéndole arder la cara.
Demonios, sentía hambre otra vez y todo su cuerpo exigía un alimento que no sólo consistía en sangre.
Esto era algo completamente nuevo para ella y aquella sensación le hacía sentir cosquillas en el estómago y salivar más de lo normal.

Liam la había entrenado como a un soldado desde que había pasado por la transición.
Estudió artes marciales, como manejar armas de fuego y arrojadizas y aprendió las 100 maneras de matar a alguien sólo con un lápiz, eso entre muchas otras cosas, pero jamás le había enseñado sobre el sexo opuesto. Lo único que sabía sobre el amor o las relaciones de pareja era a través de las películas y el único hombre que le removía el piso hasta ese momento era Johnny Depp, que era sólo un actor y para colmo humano.
Por la televisión sabía lo que era la atracción sexual y no podía negar que miraba embobada las escenas de sexo donde fuera que apareciesen.

Se sentía confusa. Liam lo único había dicho al respecto era que el amor era una debilidad que no merecía la pena experimentar. Un guerrero enamorado se volvía inútil.
Lo decía un hombre que al parecer nunca había amado antes, nunca le conoció a una pareja, aunque más de una vez llegó con el aroma especiado del sexo de una hembra sobre él. Lo único que parecía satisfacerle era el trabajo.

Alto.
¿Desde cuándo el amor era el tema principal aquí?
Negó moviendo la cabeza.
Imposible, era algo estúpido, no estaba enamorada de la maquinita sexual ni nada por el estilo. Abrió los ojos para sacar de inmediato su trasero de ahí.
Se sentó en la camilla y comenzó a retirar los cables que tenía en su cuerpo. Por el rápido del movimiento, su cabeza comenzó a palpitar de dolor y la pierna le seguía el juego.

— Aghh.

Por más que se concentrase, el dolor parecía no querer abandonarla.

— Yo que tú, dejo todo tal cual como estaba o Jane se pondrá furiosa. No tiene mucha paciencia con los convalecientes.

Sacris dio un salto nerviosa y levantó la cabeza para ver a quien le hablaba, no había sentido para nada la llegada de esta presencia, pero la voz le parecía conocida, lo cual la puso algo inquieta. Frente a ella, se encontraba un macho adulto, también un guerrero, tenía los cabellos oscuros y los ojos de un color impresionante, llevaba un guante de cuero en su mano izquierda. Y le estaba leyendo el pensamiento. Sacris de inmediato bloqueó su mente y frunció el ceño.

— Deja de leerme los pensamientos, es de muy mala educación hacerlo sin permiso. — Bramó enojada, pero luego de haberlo dicho se arrepintió, hacer enojar a un guerrero no era buena idea cuando estabas en una camilla desnuda y sin armas.

Pero para su sorpresa, el guerrero solo soltó una risa.

— Tienes una mente fuerte, eso es bueno. ¿También puedes hacerlo? — V de verdad quería saber la respuesta.

—No, no puedo, pero sé cuando lo están haciendo conmigo. Es un mecanismo de defensa básico, tú deberías saberlo.

De nuevo su orgullo salía a chorros.

Mierda.

V arqueó las cejas, intentando de nuevo internarse en la mente de la chica, pero no logró ver nada, todo era negro y oscuro, completamente vacío.
Luego se paseó rodeando la cama observándola detenidamente, se detuvo a su lado y Sacris lo seguía mirando como jugando a la lucha de miradas para ver quien cedía primero.
Y sin aviso previo el guerrero le palmeó la cabeza cariñosamente.

— Bien hecho pequeña.

Sacris dio un salto en la cama, nunca antes le habían hablado de esa manera tan cálida y que el halago viniese de un desconocido, la desconcertaba más aun.
Recordó que todo lo que salía de la boca de Liam siempre era una orden, un regaño o una lección. Por más que ella quería acercarse a él para recibir cariño, siempre sentía el rechazo, el distanciamiento. Alrededor de Liam todo era tan frío.
Aprendió a sentir respeto por Liam a pesar de que sabía que él jamás sentiría de la misma manera y aunque no era su padre, de una u otra forma le había dado la vida.
Aquel macho era lo único que conocía por “familia”, pero ese pensamiento lo guardó sólo para sus fantasías, soñaba con que algún día le dijera “hija”.
Ese día jamás llegó y aun si Liam no hubiese muerto, sabía que jamás llegaría.

Sintió un nudo en la garganta.

Era la primera vez en sus 23 años que alguien le había felicitado por algo, que alguien le había hecho cariño con ternura y sin temor.
Dioses ¿Por qué nadie había hecho lo mismo cuando realmente lo necesitó en su niñez si se sentía así de bien? ¿De cuánto más se había perdido en la vida?
Sin querer en ese momento todas sus barreras flaquearon y todos aquellos sentimientos llegaron a V como un tsunami. Le dolió tanto como a ella, sabía perfectamente que se sentía el no ser querido por quienes te habían dado la vida. Sintió unas ganas terribles de abrazarla.

— Mi nombre es Vishous, pero me dicen V ¿Cómo te llamas? — Quería escucharlo de su propia boca.

— Sa… Sacris.— Dijo la hembra con algo de vergüenza.
— Mucho gusto Sacris. Bienvenida a la casa de la hermandad.

0 comentarios: