5/13/2013

Tacañería

Hace tiempo que el tema me da vueltas y vueltas en la cabeza y es porque también acaba reflejándose en mi vida cotidiana.
No siempre se notó si no que todo comenzó cuando comenzamos a tener vida social en que comencé a darme cuenta de lo tacaña que me he vuelto. Pero ¿Cómo explicar que la tacañería va proporcional a mi estado financiero? y mis filosofías al respecto sólo hacen que me mate de la risa, que me burle de mi misma y que también me apene de mi ser colmándome de autocompasión.

No me he vuelto mezquina porque he querido ni porque sigo los pasos del Sr Scrooge, si no porque a veces realmente no me alcanza ni para un helado porque financieramente soy dependiente y todo el maldito dinero se va al cajón que dice: Casa. Literal. Mes a mes billete por billete se junta, divide y clasifica en pequeños montoncitos con un papelito que dice: Comida, Cuentas, Niño, Dentista, Cuotas, etc. Si queda algún extra es milagroso y lo extra que queda acaba gastándose en más comida, materiales y ropa que hay que cambiar porque la vieja ya está visiblemente rota y el adolescente crece a kilómetro por hora.

Y yo vivía muy tranquila y feliz porque a fin de cuentas alcanzaba para sobrevivir. Hasta que algo tan simple y básico como tener vida social te desordena todo el estado financiero pulcramente ordenado. Las juntas, los cumpleaños, los eventos, el cine, etc. lo que para todo el mundo es normal para mi acaba siendo el desastre. Y por favor que no se me malinterprete, yo adoro a mi gente a mis amigas y amigos, pero mi realidad es absolutamente distinta, prioridades radicalmente diferentes.

Y mi pasado que parece sacado de telenovela venezolana se me abalanza y aplasta y he aquí donde he encontrado el centro de mi tacañería más allá de no poder adquirir lujos que para el resto son cosas cotidianas. Todo radica en pasar hambre. Así de simple y macabro a la vez. Pasar hambre, frío, no tener techo ni cimiento estable y llevar a un pequeño de dos años a cuestas en tu vida errante, absolutamente sola. Deberé agradecer a todos aquellos que en los momentos difíciles me abrieron las puertas de sus casas y cobijaron, pero la soledad seguía ahí muy adentro arraigada al alma y abandono. Año(s) que jamás olvidaré que me parecieron una eternidad fría y oscura.
Como odio acordarme pero cada marca de ese tiempo reluce en mis actitudes más primitivas y casuales. Porque en serio y recomiendo nunca probarme: Yo peleo por mi comida, con garras y dientes y me sale así, natural, instintivo como bestia salvaje. Nunca jamás toques mi plato porque te saltaré encima mostrando colmillos y me dará igual si eres el papa, el presidente o mi mejor amigo. Por la única persona que me quito la comida de la boca es por mi hijo y punto. Yo no comparto nada de nada, porque nunca sé si lo voy a volver a tener o cuanto me va a durar. Sigo guardando comida (ahora sólo dulces xD) en el cajón y como de una cosita por día, como hormiga. Por lo mismo dejé de prestar libros, perdí muchísimos que ahora siento en el alma.

Siempre me dio vergüenza admitirlo pero saben como acabé ganándome los pesos en aquella época? Haciendo aseo en casa de familiares. No me quedaba otra, por cosas del destino acabé viviendo en pueblos alejados de la mano de Dios y nadie iba a cuidar de mi hijo, así que me las arreglaba haciendo aseo donde me pidiesen. Fregué los pisos con mi orgullo y lavé los platos con mi cuna de oro. Mi cartón de colegio particular y todo aquel dinero que tiré a la basura siendo adolescente mimada y de padre con su buen puesto de gerente de toda la vida.
¿Cómo se puede cambiar todo de un día a otro, eh? Y pasar de princesa a vagabunda. Cosas de la vida. Joven estúpida, padres inexistentes.
Aún recuerdo mi juventud cuando invitaba a mis amigas a comer, me compraba cds de música casi todos los días, compraba regalos caros porque sí e iba cada semana a pedirle cientos de miles a papi para comprarme ropa de marca que luego ni usaba. Cuanta ropa perdida!

La época que tuve que ir a vivir con mis abuelos porque mi querido padre se mandó a cambiar con su otra familia y me "echó" amablemente de mi propia casa...esa tampoco la quiero recordar. Lo único lindo que salió de eso es que mi hijo aprovechó al máximo de su/mi tata.

Siempre creí que cuando uno la pasa mal, aprende a ser mejor persona. Me equivoqué, en mi caso aprendí muchas cosas, pero también te vuelves más animal y egoísta  porque siempre vas a andar a la defensiva, esperando el ataque, el apocalipsis. Todo el mundo acaba siendo el enemigo.
En fin, habré superado muchas cosas, pero el pasar hambre no lo olvidaré jamás. El acabar el mes con 300 pesos tampoco y la cifra fue real, yo estrujando el monedero para ir a comprar pan. Ahora no acabo con 300 pesos, pero se refleja en cosas tan simples como que todos compren palomitas para ver la peli en el cine y yo entre con las manos vacías. Me da vergüenza atroz luego andar comiéndole la comida al resto si yo misma no doy la mía xD Generalmente me llevo los chiches de casa, deberé acordarme para la otra.

- Que miserables somos.
- El sentirse miserable es algo que se lleva en el alma, uno se siente miserable, pero no es un estado real.
- Entonces corrijo y digo: Me siento miserable.
- Eso es otra cosa.

Y aquí me quedo con mis inseguridades y de lo que me cuesta decir: No, yo no puedo, lo siento, no me alcanza, no tengo dinero. O es gastar el dinero en terceros o en cosas básicas o un pequeño lujo en nosotros. No, no somos pobres, tengo techo y comida, pagamos las cuentas, nos vestimos, pero miro al mi alrededor de lo que los demás son capaces de adquirir y me pregunto si el resto es demasiado consumista materialista o es que nosotros estamos muy mal. Ya ni idea que es lo normal o que es lo mejor.
Mis mayores lujos estos últimos 2 años? Arreglar mi casa de a poco aunque sea pagando en mil cuotas y libros. El hecho de que pueda comprar libros me hace sentir millonaria.

Si, yo podría salir a trabajar 8 hrs por el sueldo mínimo, aunque gano lo mismo haciendo webs lo único malo que esto último es esporádico, pero dejar la casa significa también dejar a mi hijo muchas horas solo. Está creciendo, debo soltarlo pero es más fuerte en mi el sentimiento y la necesidad de simplemente "estar ahí", no encima, pero estar. Por mi propio trauma, por mi deseo más fuerte de saber que puedo cambiar ese destino, de que puedo hacer algo distinto, de poder dar más, aunque sobre. Tengo claro que esto va por mi y no por la necesidad real de mi retoño, pero he cedido ya muchas cosas en mi vida, me he doblegado y aceptado a veces las experiencias de mierda que me han tocado, así que en esto me mantendré firme aunque signifique jamás tener una vida lujosa y acabe caminando para siempre.

¿Cómo explicarlo a quienes jamás han caído de bruces contra el barro? ¿A quienes jamás han pasado hambre (del de verdad, no el que sientes con el refri con comida) ni frío? Porque siempre suena borde decir NO.

Todas las realidades son distintas, todos tenemos dramones intensos y desgarradores. Cada uno vive su película propia, su telenovela de la tarde, absolutamente todos. Por eso siempre me digo: Podría ser peor, hay gente que está peor, sé feliz, todo está bien.
Todo está bien.
Todo
está
bien.

Olvídate de lo material, es lo de menos.
¿Cierto?

1/17/2013

Excesos

Se miraron a los ojos y al instante supieron que harían falta páginas para poder contar la historia de su desamor.
No era falta de cariño, dijo ella. Era el exceso de él, que asfixió la realidad de lo que éramos, de lo que realmente queríamos.
Nos mutilamos, nos enterramos y olvidamos como hablar.
No era falta de cariño...era falta de cordura.

1/02/2013

Tango

"Es que así nos conocimos, tú follando, yo pagando.
Y así me despediste, sin siquiera darme la boleta...
Por la puta de mi vida, brindo sin copa señores."

12/20/2012

No title

Al final acabas viéndolos como un par de extraños, en extrañas casas, con extrañas familias. Y ver ajeno lo más básico, lo que correspondía de nacimiento, te deja una soledad que nunca nada ni nadie podrá llenar. Vivo con miedo al abandono, al descariño, al quedarme sin palabras ni sonrisas. Vivo con este agujero en el pecho, con la lengua amarga, con recuerdos irreales y miles de sueños pisoteados. Vivo una vida prestada, montada en la ilusión infantil de una mente perforada, con la culpa eterna sobre mis hombros. Vivo porque debo, porque aprendí a mirar a otro lado, porque decidí armar mi propia casa de cojines y frazadas. Vivo con el tesoro que robé para mi y que jamás soltaré. Vivo, pensando que esto es vida y aferrándome a esa fe ciega y obtusa. Y si muero mañana (irónicamente), que en sus ojos perdure mi imagen que nunca se dejó caer.
Mi identidad no son más que jirones de fotografías viejas y cuarenta libros de fantasía que nunca acabé.

12/10/2012

Desde lejos

¿Nos vamos?
Nos vamos.
Nos vamos lejos porque desde lejos nos vemos mejor
Lejos se escucha menos, así que gritemos tranquilos
gritemos que están todos sordos, sordos y ciegos.
Nadie nos ve, apenas un punto negro en el paisaje borroso, descolorido y ajeno.
Nos vamos
porque nunca nadie nos llamó
Porque a nadie le importa y ya te digo,
que desde lejos nos vemos mejor.

Te amo en el infierno

Si en el infierno me encuentras
sabrás que fue por amarte demasiado.
Amarte, mi pecado
amarte, crimen imperdonable.
Nos reímos demasiado
entre las sábanas sucias de nuestro idilio
Nunca me pregunté si estaba permitido
nunca dudé de tí
y he ahí mi error.
Ahora me trago las palabras, los besos y las promesas

me ahogo con tu imagen embaucada
con tu cuerpo traicionero.
Hasta la muerte
hasta el infierno
me preguntaré por qué
Por qué tú,
Por qué yo.
Y nunca obtendré respuesta.

11/07/2012

Mujer

Y a veces nos toca ser la otra, la única, la primera y la última. 
Perras y santas, feministas y princesas.
 Somos tantas cosas, todas contradictorias, soñadoras, ilusionistas. 
Un día sí, al otro no y nunca los colores son los mismos.
Malditamente indecisas, maravillosamente mujeres.