9/22/2010

Asfalto

La insignificancia de mi vida, tan poca vergüenza e ilusoria fantasía. No sirvo de nada más que para respirar de sueños lejanos y transpirar palabras azarosas. Maldita vida persistente y majadera, malditas almas liberales confiscadas en cuerpos lujuriosos. Tan pequeña, tan mísera, insalubre e incolora. Me desvanezco y derrito en el asfalto de mi auto compasión.

0 comentarios: